Soy un chico con una pequeña historia: La ilusioné, y así fue como ella se enamoró de mí, le hice creer que era mi vida mientras existían otras "vidas" para mi, recuerdo sus besos, sus caricias, sus detalles, los momentos que me regalaba y otras cosas con las que jugaba y no me importaba. A veces pensaba que era muy buena para mi, pero no podía parar de jugar, me creía un genio al ver como la tonta me creía y me perdonaba cada una de mis traiciones. Recuerdo su llanto por teléfono, y sus largos mensajes, recuerdo como rompí su corazón, ese corazón donde yo vivía... Pasó un tiempo y se olvidó de mi. Ahora yo estoy aquí, echándola de menos, esperando un mensaje, una llamada, un beso, un abrazo, o una simple mirada... y que tal vez pueda perdonarme, lloro por cada momento que no supe aprovechar... momentos que no volverán y que solo ella sabía darme. Creí que ella era MI JUEGO y terminó jugando mejor que yo.